CON EL VERANO llegan el calor y las altas temperaturas, y con ellas, se incrementa el uso del aire acondicionado en hogares y oficinas. Sin prescindir del confort que nos aportan los aparatos de climatización, es posible mejorar el uso eficiente de éstos y, por tanto, disminuir las puntas de consumo eléctrico que suelen producirse cuando el calor aprieta.
Mantenernos frescos nos cuesta una media de 0,92 euros por kilovatio/hora consumidos.
La refrigeración es uno de los principales consumos energéticos de una vivienda, representando un 11% del consumo eléctrico nacional: los 3 millones de hogares equipados con aire acondicionado disparan la demanda de electricidad diaria en verano entre las 15 y las 18 horas.
Con unas medidas sencillas para el aislamiento adecuado de tu hogar, junto con un equipo de refrigeración eficiente en el uso de la energía, se puede lograr sentirse cómodo en casa y al mismo tiempo se consigue ahorrar hasta un 30% en el consumo de energía.
Vigilar el aislamiento
La cantidad de calor o frío que necesita una vivienda para mantener una temperatura adecuada depende en buena parte del aislamiento térmico. Cuanto peor aislada esté, más energía necesitaremos para mantener la temperatura que deseemos.
Los materiales constructivos, la orientación de nuestra vivienda y el diseño de la misma influyen de manera muy importante en las necesidades de climatización.
Los aislamientos no son sólo los muros exteriores; por la cubierta exterior es por donde se pierde o gana más calor. También hemos de tener en cuenta elementos como ventanas, marcos de puertas, tuberías, conductos, etc.
En definitiva, aislar bien todos los cerramientos de tu vivienda puede conllevar ahorros energéticos y económicos de hasta un 30%, por lo que conviene tener en cuenta las siguientes recomendaciones para mejorar este aspecto:
Instalar ventanas de doble acristalamiento y carpintería en madera o aluminio con rotura de puente térmico. Con ello, se pueden conseguir ahorros de hasta el 10% de energía y algunas comunidades autónomas subvencionan parte de la instalación. Además, se obtiene una segunda ventaja, por la disminución de ruidos exteriores.
Ventilar la estancia durante la noche, cuando la temperatura ambiente ha disminuido.
En las ventanas y terrazas exteriores, instalar toldos y parasoles para disminuir la insolación en verano y evitar que alcance la superficie acristalada.
La selección de colores claros para las paredes exteriores de la vivienda contribuye a disminuir la temperatura debida a la radiación solar.
Reorganizando adecuadamente los espacios interiores y el uso de cada estancia de la casa, se puede aumentar el confort en el hogar aprovechando las zonas más frescas.
Seleccionando las plantas y vegetación adecuadas y colocándolas en lugares estratégicos de la vivienda, también se puede conseguir mayor frescor en verano.
Excelencia de las plantas
El aire acondicionado se puede sustituir por el llamado aire acondicionado vegetal, que no es ni más ni menos que una cubierta de plantas que refrigerarán la casa u oficina por muy poco dinero y además de una forma sostenible.
Para ello se aprovecha el método que utilizan las plantas para mantenerse frescas de forma natural y que se conoce como la evapotranspiración. Con este proceso por cada litro de agua evaporado por la vegetación se produce 0,64 kilovatios/hora de enfriamiento en el aire. Además de barato, es sano
Pero pasar del aire acondicionado eléctrico y optar por la versión natural tiene alguna que otra ventaja más. Las plantas, además de refrescar el ambiente, conservan la humedad de la estancia y sirven como filtro de los posibles agentes contaminantes que pueda haber. De esta forma, se evita el ambiente seco típico del aire acondicionado convencional y desaparece el riesgo de contraer enfermedades que se suelen asociar a sistemas que reutilizan una y otra vez el mismo aire sin ser tratado.
Este sistema, el de la pared de plantas como sustitutivo del aire acondicionado tradicional, solo tiene un inconveniente: el consumo de agua es bastante elevado. A pesar de este dato, el gasto, en términos económicos, es seis veces menor que la opción eléctrica.
En cuanto a la opción tecnológica, en el mercado existe una gran variedad de equipamiento para conseguir una refrigeración adicional en la vivienda. La selección del más adecuado dependerá de las características del hogar, el clima de la zona, el presupuesto disponible, etc.
Los ventiladores no enfrían la estancia, pero sí dan sensación de frescor a las personas que se encuentran en ella. Son poco costosos, tanto en precio como en funcionamiento, y relativamente fáciles de instalar. Son recomendables para estancias aireadas y sombrías, donde la temperatura interior del aire sea sensiblemente inferior a la temperatura exterior.
Los equipos de aire acondicionado son cada vez más habituales en los hogares gracias a que sus precios son cada vez más asequibles. Las ventajas son varias: controles automáticos de temperatura, humedad y velocidad del aire, purificación y desodorización del aire, posibilidad de utilizarlo sólo como ventilador, etc.
El sistema más extendido es el denominado «split», que consta de una unidad exterior y una o varias unidades interiores. Para viviendas pequeñas existen modelos portátiles de fácil instalación, aunque su movilidad es relativa y requieren dejar una ventana abierta para la salida del tubo flexible.
Cuando vayamos a comprar un aire acondicionado lo fundamental es pensar en las dimensiones y características de las estancias a refrigerar, para elegir el sistema que proporcione las frigorías adecuadas. De forma orientativa, se suele utilizar como valor de potencia necesaria el de 100 frigorías por cada metro cuadrado, es decir, para una estancia de 30 metros cuadrados se necesitaría una unidad que posea 3.000 frigorías. En el caso de estancias acristaladas, habitaciones muy soleadas o áticos, es aconsejable aumentar el valor de referencia hasta 130 frigorías por metro cuadrado. Respecto al número de unidades interiores a instalar, es importante pensar en nuestras necesidades antes de realizar la compra. En este sentido es importante contar con los consejos de un especialista que nos recomiende la mejor instalación en función del número de estancias a refrigerar, la superficie de cada una, el tamaño de las ventanas, las horas de insolación directa y, especialmente, la posibilidad de regulación de cada habitación de manera independiente
Finalmente, está la opción de la bomba de calor. Su principal ventaja es que pueden utilizarse tanto para aportar frío como calor, por lo que su principal ventaja es que reúne dos servicios en un solo equipo y una sola instalación, lo que reduce la inversión necesaria. Existen diferentes sistemas según los fluidos que utilizan para intercambiar energía, ya sea aire o agua. Además, presentan un alto rendimiento funcionando en modo calor, por lo que su consumo es de los más bajos entre los diferentes sistemas de calefacción. Están especialmente indicados para climas templados con inviernos suaves.
Visto en eldia.es